Diario de Las Implacables

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Extractos de los diarios de los miembros de Las Implacables, sobre lo acontecido en Dwänholf en los años 988 y 989.

Contenido

Diario de Karl Hozstein, Mar Oriental, 2/1/989

Navegamos en dirección a Puerto Rúe. Estamos a doce días de navegación. Ayer abordamos el Salsa Picante. Al principio pensábamos que todo iba a ser fácil: nos infiltramos en el salsa picante sin muchos problemas, pero, tras un corto combate con el capitán (el cual sufrió los efectos de mi destrozar de una forma un tanto dramática) Yojiro se encontró a una chica que musitó unas palabras un tanto sospechosas. La sospecha se confirmó cuando un barco fantasma apareció de la nada, al cual tuvimos que hacer frente sin dilación, pues parecía dispuesto a destruirnos.

Debía ser la protección mística de la que hablaban los piratas de Puerto Rúe. Abordamos el barco. No fue fácil: el capitán y sus secuaces tenían una apariencia fantasmagórica. El segundo de a bordo, un mentalista, nos envolvió en cubo de agua, del cual era difícil salir. Nunca he oído hablar de tal matriz psíquica, debió ser algún truco de magia. En cualquier caso, Maira consiguió escapar y atacar al capitán, el cual fue automáticamente absorbido por su espada - esa que parece cantar cuando mata a alguien y la cual yo no sé si nos hace más mal que bien -. Al instante, el segundo entregó el barco y todos sus ocupantes se postraron ante nosotros.

Decidimos liberarlos, pues parecían almas errantes condenadas a servir. Al poco, el barco se desvaneció.

No ha sido en vano nuestro periplo, al menos para mí. Entre otros tesoros ocultos en el camarote del capitán del Salsa Picante, había un cristal psíquico.

Diario de Karl Holzstein, Puerto Rúe, 15/1/989

Ayer llegamos a Puerto Rúe tras abordar con éxito el Salsa Picante y al barco fantasma que lo protegía. Dux nos ha cedido el barco. Es un tipo raro, primero nos informa del asunto del barco de Tsukihara y ahora nos lo regala. Me pregunto qué estará tramando. En cualquier caso parece que no le gusta el tal Valdeumbrío, y eso a nosotros nos conviene.

Hemos buscado a un capitán para que dirija el barco y contrate una tripulación. Lucius nos recomendó a un viejo que encontramos en la taberna muy borracho. Se llama Arión. Le interrogamos y parecía un buen hombre. Por lo visto bebe para olvidar que ya nadie lo contrata. Se le iluminó la cara cuando lo contratamos, y prometió no volver a beber. En cualquier caso, Leire fue al burdel a comprarle un brebaje para el síndrome de abstinencia, por si las moscas.

Esta noche Maira ha convocado una reunión con los Reyes Piratas. Quiere organizarlos para que ataquen las rutas de abastecimiento de Valdeumbrío, ahora que nos hemos cargado el navío fantasma. Y mañana salimos para comerciar con el Salsa Picante. A Billy no le va a gustar. Cada vez que llegamos a Puerto Rúe las señoritas lo encierran en el burdel y no lo dejan salir. Aunque algo me dice que a él, esto último, no le importa en demasía.

Diario de Karl Holzstein, Skala, 7/2/989

Nuestro periplo comercial con el Salsa Picante ha sido de todo menos tranquilo. Hará una semana pasamos por Puerto Tibas, en el que comerciamos honradamente. Pero, a pesar de que íbamos bordeando la costa para minimizar el riesgo de abordaje, al poco de salir de Puerto Tibas fuimos atacados por unos barcos hostiles que no llegamos a identificar. Estrené una capacidad recién aprendida que consiste en una bola de energía de 50 metros de radio, bastante destructiva, que neutralizó al primero de los barcos, pero en seguida entendimos que era parte de una emboscada. Intentamos evadirnos, pero en la huída se dañó el casco de nuestro barco. Arión nos instó a buscar un puerto de reparaciones, y paramos en el pequeño pueblo de Slever, pues por lo que sabemos la ciudad de Skala es leal a Valdeumbrío y no esperamos ser bien recibidos.

El práctico del puerto se mostró diligente y amable. No ocurrió así con los habitantes del pueblo, que parecían tenernos algo intermedio entre el miedo y el desprecio. Pronto descubrimos que estaban amenazados por un puesto militar dependiente de Valdeumbrío. Sospechamos que podría haber repercusiones si no la neutralizábamos, y así lo hicimos. Intentamos con escaso éxito contener la protección sobrenatural que daba la alerta en caso de ataque a la torre vigía, por lo que tuvimos que huir del pueblo cuando el barco estuvo listo. A la hora de zarpar, divisamos una columna de humo que salía del pueblo. Cuando volvimos, era demasiado tarde. El ejército de Valdeumbrío había destruido el pueblo, matando a su paso a todo aquel que no colaborara u opusiera resistencia, sin distinción de sexo o edad. Los campesinos habían luchado por sus casas, pero no tuvieron oportunidad alguna contra los soldados del Duque. Pesó sobre nuestras conciencias lo que más tarde las gentes de Dwänholf conocerían como la Masacre de Slever.

Hemos llegado a Skala con los supervivientes, y estamos a la espera de entrevistarnos con el Marqués del Cierzo. No hemos encontrado resistencia: parece que las noticias han llegado hasta aquí. Espero que el Marqués, por lo que sabemos alineado con Valdeumbrío, no tenga a bien inculparnos de lo ocurrido.

Diario de Karl Holzstein, Puerto Ánfora, 12/2/989

El Marqués del Cierzo, Raymond Schalieri, estaba consternado. Presentamos nuestros respetos y nos disculpamos por no haber podido ayudar en lo acontecido en Slever. Nos agradeció la intención y eximió nuestra responsabilidad, además de mostrar un profundo pesar por lo que había hecho el ejército de Valdeumbrío. Nos reveló que no tenía muchas opciones, pues su acuerdo con el Duque era más la sombra de una amenaza que un pacto. Él se debía a su pueblo y por eso no había puesto resistencia cuando Valdeumbrío le exigió que su hermano pequeño Theodor Schalieri, dejara el marquesado para servirle a él. Prometimos ayudarlo y encargarnos de buscar a su hermano. Creo que hemos hecho un aliado en Skala.

A los dos días partimos a Puerto Ánfora ciudad regida por un triunvirato de gremios comerciantes. Atracamos en el puerto del Gremio de la Paloma, cuyo jefe, Barion Montego, terminó siendo a la postre una especie de alcalde autoproclamado. Hemos averiguado que la ciudad provee, sospechamos que bajo amenaza, de pescado en salazón al ejército de Valdeumbrío. Barion parece un hombre muy neutral, muy político y negociador, pero honrado. Asegura dedicar todos sus esfuerzos a evitar que Puerto Ánfora sea sometida o destruida, y no ve una salida clara al yugo que ha impuesto el tratado comercial con Valdeumbrío. La ciudad no está fortificada, y levantar un muro, además de ser una tarea larga y costosa, levantaría sospechas inmediatamente.

Sabemos también, por una especie de familiar que Maira tiene en Puerto Ánfora, que el Gremio de la Paloma es partidario de una alianza clara con Valdeumbrío. Hemos decidido investigarlo esta noche, yendo a la casa del jefe del gremio, Gomer Van de Worchant.

Lo más preocupante de todo esto es el ejército de unos dos mil hombres que está apostado a pocos kilómetros de la ciudad.

Diario de Maira Morrigan, Gaakrock, 16/2/989 - 14/03/2010

Exploramos la forma de atacar al ejército del Duque de Valdeumbrío apostado en Puerto Ánfora, pero desistimos en el empeño. Karl asesinó accidentalmente al jefe del Gremio de la Espada cuando fuimos a hablar con él. Las investigaciones llevaron a las autoridades ante nosotros, y fue juzgado por ello. En un magistral movimiento político de Barion Montego, Karl fue condenado a construir una muralla que fortificara la ciudad.

Decidimos tras todos lo acontecido atacar la flota pirata que, haciéndose pasar por el Akaryu, robaba los barcos pesqueros de Puerto Ánfora con propósitos aún desconocidos. Abordamos un barco y lo utilizamos para infiltrarnos en la aldea de Gaakrock, que les servía de guarida, donda tuvo lugar una batalla campal de la que salimos victoriosos. Finalmente los efectivos enemigos supervivientes - unos 180 hombres - se postraron ante nosotras a unas cuatrocientas millas al oeste de Puerto Ánfora. No tenemos noticias sobre el hermano menor del Marques del Cierzo.

Diario de Maira Morrigan, Pantano Negro, 26/2/989 - 21/03/2010

En Gaakrock encontramos treinta y cinco barcos robados que habían sido modificados para incorporarles cañones. Interrogando al mayordomo del hermano menor del Marqués del Cierzo descubrimos que éste había partido al Pantanto Negro, junto con un guerrero venido de Hendel, con la misión de recuperar algún tipo de artefacto para el Duque de Valdeumbrío. Proveímos de 300 armas a los campesinos que, educadamente pero sin excesivas muestras de gratitud, nos informaron de su intención de abandonar la aldea si cualquier ejército se acercaba, escarmentados por el ejemplo de la Masacre de Slever.

Navegamos hasta Puerto Ánfora donde devolvimos los barcos robados y entregamos a los prisioneros enemigos (excepto a tres magos naúticos, renegados de su clan en Hauffman, a quienes reclutamos). En una reunión breve con Barion Montego decidimos postergar la construcción de la muralla hasta que la ciudad se hiciese con la correspondiente batería de cañones, para lo cual le recomendamos encarecidamente acudir a Skala. Con sabias palabras, Karl y yo le convencimos además de que iniciase conversaciones diplomáticas con Raymond Scallieri, con el fin de establecer provechosas relaciones comerciales, y de insinuar los contactos del Duque de Valdeumbrío con potencias extranjeras, entre las cuales se intuye a su detestada Phaion. Tras esto decidimos partir al Pantano Negro para contactar con el heredero del Cierzo y, quizá, interceptar el artefacto perseguido por el Duque.

Tras una semana llegamos al pantano, refugio de cuerpos insepultos y de los correspondientes fantasmas. Precisamente el espectro de un antepasado de Lucius Abercombrie nos pidió informarle de que su espada familiar se enuentra hundida en la proximidades de la isla Abercrombie.

La actividad sobrenatural se incrementó repentinamente al anochecer, momento en el que empezaron a aparecer cohortes de no-muertos hostiles. Poco después descubirmos la presencia de elementales que atacaban a dichos no-muertos. Uno de ellos, de nombre Shgrash, nos explicó que fueron invocados por hombres con la única misión de contener a los malignos entes, y nos recomendó detener nuestra marcha hasta el amanecer. También indicó que nuestro destino más probable era una torre situada al sur.

Al día siguiente reiniciamos la marcha y llegamos a la Torre de Energía Azul.

Diario de Karl Holzstein, Pantano Negro, 26/2/989

Al pie de la Torre de energía Azul, los esfuerzos por romper la barrera que la protegía parecían vanos. Al intentar yo comunicarme con alguien del interior, choqué con la presencia de un poderoso psíquico que custodiaba el lugar. No nos permitió el paso y amenazó con destruirmos si intentábamos entrar. Ante tal disyuntiva, Leire consiguió comunicarse con uno de los espiritus que flotaban de todas las direcciones del pantano hacia la torre, y, al preguntarle por humanos, el espíritu nos indicó unas ruinas que quedaban al norte de nuestra posición.

En las ruinas encontramos una especie de ritual, realizado por espíritus del pantano, que celebraban algún tipo de rito de su civilización ya extinta. No encontramos hostilidad alguna en aquellos seres, por lo que nos dirigimos directamente a lo que antaño hubiera sido una mazmorra. Encontramos allí a un humano, que se identificó como Charles Delacroix, perteneciente a la organización del Sol Negro, y que se había escondido en la mazmorra huyendo de algún horror que no nos alcanzó a describir. Huimos rápidamente de aquel sitio, y custodiamos a Charles hasta la Torre de la Energía azul, que resultó ser al final uno de los centros de investigación de Sol Negro. Gracias a él pudimos entrar en la Torre, donde, según nuestra información, podía encontrarse el hermano del Marqués del Cierzo.

Diario de Karl Holzstein, Torre azul, 26/2/989 - 19/03/2011

Ya dentro de la Torre de Sol Negro nos encontramos con Axel Haakonson, un guerrero tecnicista que, como ya sabíamos, es el guardaespaldas de Theodor Schalieri, hermano del Marqués del Cierzo. Nos comentó que el chico había venido a la torre para realizarse un tratamiento nigromante siguiendo el consejo de su protector, el Duque de Valdeumbrío. No parecía muy contento cuando le contamos el tema de la masacre de Slever, y decidió ayudarnos cuando le contamos que Raymond, el marqués, nos había encomendado encontrar a su hermano. Sugirió entonces un plan para debilitar al psíquico que controla el escudo (que resultó ser un amasijo de cerebros y órganos en una cubeta), y así poder rescatar al muchacho y huir de la torre.

Las investigaciones revelaron que Sol Negro estaba desarrollando no muertos aptos para la lucha, y que compartían información y técnicas con otra organización con sede en Terrasanta. Temimos entonces que estuvieran haciendo tratos con Ashcroft, y decidimos actuar.

Tras algunas deliberaciones, conseguimos trazar un plan en el cual Axel debilitaría al psíquico, enfriando con sus poderes la maquinaria que lo sostenía vivo mediante un conducto de ventilación que él conocía. Un técnico descontento (Paul Schweiner) informó que un sistema de regulación de la temperatura se activaría a los tres minutos, para regular la temperatura del ser. Mientras el psíquico estaba anulado, Maira y Leire hablarían con el jefe de la torre, Lui Delacroix, tío de Charles Delacroix. Axel y Karl consiguieron su parte no sin sufrir graves daños, pues el psíquico custodio estaba defendido por una criatura zombie hecha de puro músculo. Sin embargo, esta maniobra dio margen a Maira y Leire para negociar con Lui la liberación del chico del Cierzo, así como la promesa de que no venderían no muertos a Valdeumbrío, que no experimentarían con niños y que liberaría a Schweiner. Además, la caída del custodio bajó el escudo y los no muertos del pantano atacaron la torre.

No tardó en descubrirse que las promesas de Lui eran completamente vacuas, y que no habían sido si no una maniobra de evasión. Charles Delacroix transmitió su escepticismo al respecto, y nos desveló, una vez desconectado el psíquico custodio, que su verdadera misión era la de auditar los extraños negocios que venía haciendo su tío. Al descubrir esto, decidimos acompañarle a los sótanos restringidos, en los cuales descubrimos un proyecto obsceno que trataba de unir varios necrogolem para crear una criatura extremadamente dañina y poderosa. Decidimos entonces evacuar la torre, cosa de la que se encargó Charles mientras nosotros buscábamos a Theodor. Tras liberarlo, bajamos a los sótanos a enfrentarnos con Lui Delacroix.

El supuesto científico resultó ser todo un guerrero, que además estaba intentando controlar a uno de los necrogolem. Nos enfrentamos a él y lo derrotamos, tras lo cual terminamos la evacuación de la torre, dejándola a merced de los demonios del pantano.

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